Extracciones de cannabis; ¿Qué son y qué tipos de extracciones de cannabis existen?

Principalmente, podríamos clasificarlas en dos tipos de extracciones de cannabis: las mecánicas y las químicas. Tal como nos indican sus nombres, unas se obtienen por procesos mecánicos que separan los tricomas con cannabinoides de las flores y, otras, por procesos químicos que aíslan los cannabinoides y terpenos.

Las extracciones mecánicas más conocidas son el dry sift, el iceolator y el rosin. Por otro lado, las extracciones químicas más conocidas son el BHO, el RSO y la extracción con CO₂ supercrítico.

En los últimos años, el interés en los cannabinoides y terpenos del cannabis ha experimentado un notable auge, impulsado en gran medida por los avances en la investigación y la tendencia creciente de legalización del cannabis en diversas regiones del mundo. 

Los cannabinoides, como el THC y el CBD, así como los terpenos, que influyen en el aroma y el sabor de la planta, son compuestos clave que han atraído la atención tanto de la comunidad científica como de la industria cannábica.

¿Qué es una extracción de marihuana?

Básicamente, las extracciones cannábicas son procesos de transformación de la planta que se llevan a cabo para concentrar los cannabinoides de las flores del cannabis y desechar la mayor parte de la materia vegetal, o toda, la cual es casi inocua y no produce ningún efecto al consumirla (como la fibra). O, dicho de otro modo, son un método de extraer los cannabinoides y evitar todo, o casi todo, lo demás.

Qué son las extracciones mecánicas y algunos tipos

Las extracciones mecánicas aprovechan la física para separar los preciados cannabinoides y terpenos del cannabis, es decir, no utilizan solventes químicos. Entre las más conocidas, destacamos el dry sift o hachís en seco, el ice-o-lator y el rosin. Cada uno de estos métodos de extracción tiene sus singularidades y aporta características únicas a los extractos resultantes.

  1. Dry sift: este método se basa en la tamización de las flores de cannabis para separar los tricomas de la materia vegetal. La técnica utiliza mallas de diferentes tamaños para filtrar las partículas y retener los tricomas, produciendo un polen de alta calidad conocido también como kief o hachís en seco.
  2. Iceolator: la extracción con hielo y agua es el fundamento de esta técnica. Al sumergir las flores en agua fría, los tricomas se vuelven quebradizos y se separan con mayor facilidad. La mezcla resultante se pasa a través de mallas, permitiendo la recolección de tricomas puros, lo que da lugar a un producto conocido como bubble hash o ice-o-lator, en inglés, o bien, hachís al agua en castellano.
  3. Rosin: es una técnica que ha ganado popularidad en los últimos años. Implica la aplicación de calor y presión a las flores secas de cannabis, generalmente mediante una prensa especializada con planchas de metal que se calientan a la temperatura indicada. Este proceso extrae resina de alta calidad. También existe una variable con la flor verde, antes de secar, denominada Resin.

Qué son las extracciones químicas y algunos tipos

Ahora, pasemos a los métodos de extracción química, que involucran la utilización de solventes para aislar cannabinoides y terpenos. Estos procesos permiten una mayor precisión en la extracción y una mayor concentración de compuestos específicos.

  1. BHO (butane hash oil): esta técnica emplea butano como solvente para extraer los cannabinoides y terpenos de las flores de cannabis. Aunque es muy eficiente y se pueden lograr extracciones con alto porcentaje de cannabinoides que supera fácilmente el 60% de THC, la seguridad es una consideración crítica debido a la inflamabilidad de estos gases.
  2. RSO (Rick Simpson oil): nombrado así en honor a Rick Simpson, la persona que lo popularizó, este método utiliza como solvente el etanol para obtener un extracto altamente concentrado. Esta extracción es conocida por su potencia y versatilidad, así como por su facilidad de obtención.
  3. Extracción con CO2 supercrítico: utilizando dióxido de carbono en un estado supercrítico, este método es conocido por su capacidad para extraer compuestos selectivamente sin dejar residuos, ya que el CO₂ se convierte en gas nuevamente y no permanece en el producto resultante. Es la opción preferida en la industria del cannabis por su eficacia y seguridad.

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