Subcomisión del uso terapéutico del cannabis en el Congreso: primeras comparecencias

Este mes de marzo ha empezado el trabajo de la Subcomisión encargada de proponer una regulación de uso terapéutico del cannabis en el Congreso. Y como siempre, se recurre al uso sesgado de la información

Estas primeras comparecencias fueron de responsables de la Agencia Española del Medicamento y el Producto Sanitario (AEMPS); Socidrogalcohol, entidad estatal encargado de estudiar el alcoholismo y otras toxicomanías; del International Center for Ethnobotanical Education, Research and Service, ICEERS; y del Instituto Clínic de Neurociencias (ICN) del Hospital Clínic de Barcelona. Todas personas con licenciaturas en ciencias o investigadoras.

Las responsables de AEMPS y Socidrogalcohol básicamente se escudaron en la falta de estudios de entidad sobre el cannabis, así como de la escasa calidad científica de aquellos publicados. Además, siempre añadían temores a una falsa percepción de seguridad por la sociedad española, un aumento del consumo entre  jóvenes, etc. Argumentos en boga desde el inicio de la war on drugs.

Las investigadoras de ICEERS y del ICN tuvieron que dedicar parte de sus intervenciones a rebatir estos argumentos sesgados. A ello se le añaden desprecios y ataques a su reputación científica por parte de PP y VOX, abiertamente en contra de regular cualquier uso del cannabis. Además, hubo una constante tendencia de diversos grupos (PSOE, PP, VOX, Ciudadanos, UPN) a expresar su miedo a una confusión por parte de la ciudadanía, a que regular el uso terapéutico aumentaría el uso recreativo indiscriminadamente. También prefieren ignorar la amplia experiencia de la multitud de Estados, varios europeos, que han regulado el cannabis medicinal. En definitiva, argumentos y desviaciones para enturbiar las aguas. Parece ser que estos grupos aún no consultaron el Barómetro del CIS de abril pasado, donde un 90,1% de las personas encuestadas está a favor de regular el uso terapéutico del cannabis.

Esta es sólo la primera comparecencia, pero augura cómo serán las restantes: una fatigosa y constante refutación de argumentos obsoletos y basados en el uso sesgado de la información.

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