Nuevo caso de cierre de un club social de cannabis: ¿Qué ha fallado en Lloret de Mar?

Una vez más, la falta de regulación y normas clara y las prácticas dudosas terminan con el cierre de un club social de cannabis.

En un nuevo revés para los clubes sociales de cannabis en Cataluña, el Ayuntamiento de Lloret de Mar ha procedido al cierre de un club social de cannabis situado en la calle Venecia 51. La decisión se basa en numerosas irregularidades detectadas durante una inspección.

La asociación cannabica, de reciente creación, disponía únicamente de una licencia para actividades de información y promoción del cannabis. Sin embargo, las autoridades constataron que en el local se llevaban a cabo actividades ilegales como el consumo (que en ámbito privado no es un delito), la tenencia y posiblemente el tráfico de sustancias estupefacientes. Además, las condiciones de seguridad del establecimiento eran totalmente inadecuadas, sin sistemas de extinción de incendios, extracción de humos ni aislamiento acústico.

¿Qué ha fallado en Lloret de Mar?

Este nuevo caso pone de manifiesto, una vez más, la necesidad de una regulación clara y efectiva del sector de los clubes sociales de cannabis en Cataluña. La falta de legislación específica y las interpretaciones divergentes de la normativa existente crean un marco jurídico inseguro que favorece la aparición de clubes clandestinos o con prácticas dudosas.

Además, la falta de controles exhaustivos por parte de las administraciones locales facilita que algunos establecimientos operen al margen de la ley. En el caso de Lloret de Mar, la asociación intentó ocultar sus actividades a los inspectores, hecho que provocó la actuación de la Policía Local, según Diari de Girona.

¿Cuáles son las consecuencias de estos cierres?

Los cierres de clubes sociales de cannabis tienen múltiples consecuencias negativas, tanto para las personas usuarias como para el sector en general. En primer lugar, las personas consumidoras se ven obligadas a recurrir al mercado ilegal, donde los productos no están controlados y el riesgo para la salud es mayor. En segundo lugar, los clubes legales que operan de manera correcta se ven perjudicados por la mala imagen que genera el sector. Y en tercer lugar, las administraciones locales pierden una oportunidad de regular y controlar un fenómeno social cada vez más extendido.

¿Qué se puede hacer?

Para evitar que se repitan casos como el de Lloret de Mar, es urgente que las administraciones nacionales y catalanas aprueben una ley que regule de manera clara y efectiva las asociaciones de personas usuarias de cannabis y sus clubes sociales de cannabis. Esta ley debería establecer los requisitos que deben cumplir las asociaciones para obtener una licencia y poder abrir una sede social, las actividades permitidas y las sanciones en caso de incumplimiento.

Además, es necesario que las administraciones locales dispongan de los recursos necesarios para controlar de manera efectiva el cumplimiento de la normativa. Esto implica llevar a cabo inspecciones periódicas a los clubes, sancionar las irregularidades y colaborar con las fuerzas de seguridad para perseguir las actividades ilegales.

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