Francia prohíbe el cannabis con CBD
El Gobierno francés acaba de emitir un decreto ley que prohíbe la venta de flores o productos con cannabis en bruto, sea cual sea su cantidad de THC o CBD. A partir de ahora sólo se permite la venta y uso de productos ya procesados. Es decir, cosméticos, medicamentos, aceites con CBD.
También se restringe su cultivo, autorizado únicamente a agricultores certificados, así como la posesión de semillas, esquejes o similares. Además indica, en el caso de exportación e importación, la obligación de presentar un documento previamente a los organismos pertinentes (Ministerios de Agricultura, Alimentación, Industria y Sanidad) , así como de realizar un contrato con los detalles y presentarlo antes de iniciar la producción.
Este decreto ley es en realidad la respuesta a la sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea
emitida en noviembre de 2020, a la que había apelado una empresa francesa (dedicada a la producción de cartuchos de vaporizadores) a la que las autoridades galas habían sentenciado culpables de un delito contra la salud pública por importar un cultivo de cáñamo rico en CBD de República Checa. Esta sentencia proclama que el CBD no puede considerarse un estupefaciente, y por ello no puede restringirse entre miembros de la Unión su comercio si es para usos terapéuticos y está legalmente producido.
Según el Ministro de Sanidad francés, alegan motivos de salud pública para esta restricción, y también para reducir el caos causado por el exponencial uso del cannabis bien-être, como se conoce al cannabis con CBD en el país, y la consecuente proliferación de semillas y variedades no incluidas en el listado oficial del Ministerio de Agricultura, así como el uso de variedades y productos de los que no se puede saber con certeza su contenido en cannabinoides.
Sin embargo, las autoridades francesas no han considerado un estudio realizado por economistas italianos de la Universidad Magna Graecia (Italia), la Universidad de Lovaina (Suiza) y la Erasmus School of Economics (Países Bajos), que demuestra cómo la irrupción del cannabis con CBD (cannabis light) en Italia en 2016 ha supuesto una merma importante en los ingresos para el narcotráfico, de 90 a 170 millones de euros anuales, así como un descenso en las detenciones por delitos asociados al cannabis y a las incautaciones de la planta procedentes del mercado negro. Sí, por extraño que parezca, liberalizar o regular el cannabis es la mejor receta para luchar contra el narcotráfico, la corrupción y las mafias, no la war on drugs.
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