Descifrando el impacto de los Clubes Sociales de Cannabis en Barcelona

Un nuevo estudio arroja luz sobre los Clubes Sociales de Cannabis (CSC) en Barcelona, explorando su funcionamiento y su impacto en la comunidad. Realizado entre 2017 y 2020 por Anna Obradors como parte de su doctorado en la Universidad Rovira i Virgili (URV), en colaboración con la Federación Catalana de Asociaciones CatFac, este estudio analizó cinco clubes sociales para comprender mejor la demografía de los usuarios y la dinámica social de estos espacios.

Los Clubes Sociales de Cannabis de Barcelona operan sin fines de lucro desde hace más de dos décadas, proporcionando entornos seguros donde los adultos pueden consumir cannabis de manera controlada y segura. El estudio buscó medir el impacto de estos clubes en los últimos años, revelando importantes hallazgos sobre su funcionamiento y su influencia en la comunidad.

Principales conclusiones del estudio:

  • Los usuarios más frecuentes de los clubes son hombres jóvenes, con una edad promedio de alrededor de 36 años. Sin embargo, las mujeres, los ancianos y los usuarios con fines médicos tienden a tener membresías más prolongadas, que suelen durar aproximadamente 1 año y 10 meses.
  • Los clubes sociales de cannabis no son solo lugares de distribución de la planta, sino que también actúan como centros comunitarios, brindando un sentido de pertenencia y conexión que contribuye al bienestar social de los miembros. Además, se esfuerzan por ser espacios que promuevan la reducción de riesgos asociados al consumo de cannabis.
  • El consumo promedio de cannabis entre los usuarios de los clubes es de aproximadamente 0,44 gramos por día, con una frecuencia de asistencia de alrededor de una vez por semana.

En un momento en que la continuidad de los clubes sociales de cannabis en España está en peligro, es importante resaltar su relevancia para un modelo de regulación del cannabis. Estos clubes forman parte de la cultura cannábica y desempeñan un papel fundamental en la contención y el acompañamiento de usuarios que durante mucho tiempo carecieron de espacios donde expresarse libremente.

El estudio destaca la importancia de preservar y proteger estos clubes como parte integral de una política de drogas más inclusiva y centrada en la reducción de daños.

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