Clubes Sociales de Cannabis en Malta: al máximo aforo en un mes

Es un fenómeno impresionante, los clubes sociales de cannabis de Malta han alcanzado su capacidad máxima en apenas un mes desde su apertura, según informes de Rebecca Buttigieg, Secretaria Parlamentaria de Reformas. Con un total de 750 nuevos miembros en tan corto tiempo, este rápido aumento destaca el interés y la demanda existente en la isla por el acceso regulado al cannabis.

Buttigieg explicó que el propósito principal de esta legislación era proporcionar una alternativa más segura para las personas usuarias actuales y reducir la dependencia del mercado ilegal. «Esta ley representa un enfoque serio hacia una tendencia en crecimiento», afirmó. «Nunca pretendió crear un nuevo sector económico, y las asociaciones funcionan sin fines de lucro. Sin embargo, permiten a las personas consumir de manera segura y dentro del marco legal».

A pesar de la respuesta positiva hacia el uso regulado de cannabis, han surgido inquietudes sobre el aumento de las emergencias relacionadas con las sustancias, particularmente la intoxicación por cannabis. Buttigieg reconoció estas preocupaciones, pero las atribuyó al uso de cannabis sintético o contaminado. Además, destacó que las asociaciones reguladas ofrecen productos probados y más seguros. En respuesta, el gobierno anunció una campaña educativa destinada a promover el uso responsable del cannabis y a disipar información errónea.

La Autoridad para el Uso Responsable de Cannabis (ARUC) supervisa la implementación y supervisión del marco regulatorio. Leonid McKay, director ejecutivo de la ARUC, destacó el éxito de la transición de los usuarios al marco legal. Se han otorgado licencias a siete asociaciones, tres de las cuales ya están operativas y distribuyen cannabis legalmente. Reglas estrictas rigen la membresía, el cultivo, la distribución y la publicidad de productos de cannabis para garantizar el cumplimiento y la seguridad pública.

Para unirse a un club de cannabis en Malta, las personas deben ser residentes en el país, y los turistas tienen prohibido unirse a clubes o comprar marihuana. Los miembros deben ser mayores de 18 años, y la membresía está estrictamente limitada a 250 personas por club para evitar abusos. Se permite el autocultivo de hasta cuatro plantas para uso personal, pero el tráfico sigue siendo un delito penal. El cannabis solo se puede adquirir en asociaciones autorizadas y está estrictamente prohibido fumar en público o en presencia de menores.

Aunque existen medidas para hacer cumplir las regulaciones, Buttigieg enfatizó la importancia de la responsabilidad personal en el uso de cannabis. A pesar de las preocupaciones sobre fumar en espacios públicos, el gobierno prefiere promover la concienciación y la responsabilidad individual en lugar de aplicar medidas excesivas. Buttigieg advirtió contra la transformación del país en un estado policial y urgió a los ciudadanos a asumir la responsabilidad de sus acciones.

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