Los Mossos d’Esquadra, ahogados por la marihuana
Hoy queremos aportar un matiz a una información concreta. Recientemente el sindicato mayoritario de los Mossos d’Esquadra, SAP-FEPOL, ha celebrado que Inspecció de Treball les diera la razón al reconocer que los protocolos de recogida, almacenamiento y transporte del cannabis incautado en operaciones contra el narcotráfico son insuficientes para proteger la integridad física del personal del cuerpo policial. Los Mossos d’Esquadra, ahogados por la marihuana, y no sólo porque Policías hablan del fracaso en la War On Drugs.
De la noticia en sí, de la que podéis conocer más en el medio imaginaradio.cat, no tenemos nada que comentar. Celabramos que se oigan las reivindicaciones laborales de la policía autonómica. Tampoco queremos olvidar que hace meses se filtró un informe con recomendaciones de los Mossos d’Esquadra ante la regulación del cannabis. Sólo queremos aportar un poco de luz a un par de detalles.
En un comunicado del mes de octubre, SAP-FEPOL dio a conocer la denuncia ante Inspecció de Treball, del que se hace eco la noticia de imaginaradio.cat. Entre los motivos de la denuncia están las deficiencias en el transporte del cannabis incautado al narcotráfico, habitualmente transportado en los propios vehículos policiales, recién cortado. Y aquí es donde queremos matizar. En el comunicado se puede leer (la traducción es propia, así como cursiva y negrita):
En segundo lugar denunciamos que el traslado de la sustancia (el cannabis cortado) se haga en numerosas ocasiones, sin tener en cuenta la afectación que ésta puede tener sobre los efectivos policiales. Recordemos que en muchos traslados de la sustancia se hacen con los propios vehículos policiales, lo que genera que los ocupantes inhalen el olor intenso de marihuana, cosa que puede tener afectación sobre sus capacidades.
Ahora traduciremos (de nuevo, cursiva y negrita propias) parte del informe de Inspecció de Treball, según el comunicado del 14 de diciembre:
Y es que de manera clara, la Inspecció de Trevall observa “riesgos claros para la salud de las personas”, que el Departament d’Interior ignora no actuando de manera preventiva, como por ejemplo “la exposición prolongada a agentes químicos ya sea por inhalación o por contacto directo” la cual, no sólo se produce en el momento del cortado y recogida de la planta, sino también (y especialmente) en el transporte al realizarse en los vehículos policiales mismos.
Si bien es cierto que el olor del cannabis puede resultar desagradable para algunas personas, sobre todo recién cortado y en grandes cantidades, debido a su intensidad, es necesario realizar una aclaración. En la planta en crudo hay muchas sustancias volátiles, y por ende inhalables, pero el THC (el componente alterador de la conciencia) no es una de ellas. En la planta de cannabis se encuentra su forma ácida, el ácido tetrahidrocannabilónico (ATHC), que de por sí no es psicotrópico, es decir, no puede alterar la conciencia. El ATHC debe sufrir un proceso llamado descarboxilación para que se transforme en su forma psicotrópica (THC), cosa que sucede al aplicar calor, como por ejemplo al ser fumado. Además, sólo al aplicar temperaturas muy altas se volatilizan en cantidades importantes los cannabinoides, entre ellos el THC ya descarboxilado. En cuanto a posibles efectos psicotrópicos, la policía debería tener precauciones especiales al destruir el cannabis, evitando especialmente su incineración.
Ahora bien, ello no implica que pueda producirse exposición a otros agentes químicos, tanto de la planta como ajenos. Por un lado, el cannabis, al ser una planta, puede producir compuestos alergénicos para algunas personas. Por otra parte, y más importante, puede producirse una intoxicación por otros componentes, como plaguicidas, pesticidas o fertilizantes químicos. Y no sólo eso, la planta del cannabis tiene la propiedad de absorber los metales pesados y otros compuestos tóxicos del suelo, propiedad llamada fitorremediación. Debido a esta propiedad, se han cultivado variedades de cáñamo industrial en la planta nuclear de Chernóbyl y su zona de exclusión para eliminar la radiación del suelo. El peligro de intoxicación al tratar con cannabis es posible, aún más si proviene de cultivos del narcotrafico, que no se preocúpan por cuestiones sanitarias o de salud pública, como la posible presencia de metales pesados. En este sentido, las preocupaciones y reclamaciones del sindicato policial son legítimas, y deben atenderse. El Departament d’interior debe escuchar y revisar dichos protocolos. Ahora bien, no es posible colocarse al transportar plantas de cannabis recién cortadas, todo debe ser dicho.
Por estos matices siempre hacemos énfasis en tener datos contrastados, también sobre nuestra amada planta, especialmente para rebatir algunos de sus falsos mitos. El Departament d’Interior de la Generalitat debería realizar una formación contrastada sobre las realidades de la planta a sus cuerpos policiales con esta intención, y también para que puedan luchar mejor contra el narcotráfico. Y el Parlament (y el Congreso) deberían escuchar las recomendaciones de los Mossos ante la regulación del cannabis.
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