En 2019, se anunció con entusiasmo que, tras más de 40 años de operar bajo el modelo de los coffeeshops, los Países Bajos finalmente iban a legalizar el cultivo de cannabis para fines recreativos. Este cambio prometía una nueva era para la industria cannábica en el país de los tulipanes. Sin embargo, como muchas grandes transformaciones, el camino hacia la implementación ha estado lleno de desafíos y retrasos.
Hoy, en 2024, nos encontramos en una fase crucial de este experimento gubernamental que busca regular la venta de cannabis desde su cultivo hasta su distribución en los coffeeshops.
Una visión del pasado: Despenalización sin cultivo legal
Para entender el contexto actual, es importante recordar que la legislación holandesa de 1976 solo despenalizó el consumo de cannabis. Esto permitió que los coffeeshops operaran vendiendo cannabis, pero no legalizó el cultivo, creando una paradoja legal: el «cannabis de puerta trasera», donde el suministro de cannabis seguía siendo ilegal. En 2019, el objetivo era corregir esta incoherencia permitiendo, por primera vez, el cultivo legal de cannabis para su venta en estos lugares.
El experimento gubernamental y sus desafíos
En 2017, el gobierno holandés bajo el acuerdo de coalición Rutte III decidió emprender el «experimento de cadena de cafeterías cerradas». Este ensayo tenía como propósito investigar los efectos de la legalización completa del cannabis sobre la delincuencia y la salud pública. No obstante, el proyecto ha enfrentado múltiples obstáculos desde su concepción.
En 2020, mediante un sorteo, se seleccionaron diez cultivadores legales para abastecer el experimento. Sin embargo, estos productores enfrentaron dificultades significativas, desde obtener permisos de construcción y asegurar inversiones, hasta abrir cuentas bancarias. Estos retos han provocado repetidos retrasos, complicando el inicio del experimento.
A pesar de los contratiempos, a finales de 2022, tres empresas estaban listas para suministrar cannabis. En diciembre de ese año, comenzó una fase inicial donde los coffeeshops de Breda y Tilburg pudieron vender tanto cannabis legal como ilegal, marcando un avance significativo aunque parcial. Esta fase ahora se está extendiendo a los diez municipios participantes.
Mirando hacia el futuro, la esperanza es que en los próximos meses otros dos productores se unan, incrementando la oferta al nivel deseado para que el experimento pueda iniciar plenamente a mediados de septiembre de 2024. En ese momento, las casi 80 coffeeshops participantes solo podrán vender cannabis legal. Sin embargo, el Ministerio de Sanidad ha indicado que, si es necesario, el inicio podría retrasarse unos meses más para garantizar que todo esté en orden.
Con cada paso adelante, nos acercamos a un futuro donde el cannabis pueda ser cultivado y usado de manera legal y segura, beneficiando tanto a los usuarios como a la sociedad en general.