En este blog ya hemos informado del efecto séquito: esa interacción entre cannabinoides, terpenos y otros compuestos que potencia y modula la experiencia final. Sin embargo, dentro de esta teoría hay un concepto menos conocido pero igual de fascinante: el “colchón de efectos”.
¿Qué es el colchón de efectos?
El término hace referencia a cómo ciertos compuestos del cannabis actúan como una especie de base o soporte, suavizando los efectos más intensos de otros y equilibrando la experiencia global. En lugar de pensar en un “golpe directo” de THC, podemos imaginar un colchón que amortigua, sostiene y armoniza el viaje cannábico.
Por ejemplo:
- El CBD puede reducir la ansiedad o el nerviosismo que a veces provoca un exceso de THC.
- Terpenos como el mirceno potencian la relajación física y ayudan a que el efecto general sea más envolvente.
- Otros, como el terpeno limoneno o el pineno, aportan claridad mental y evitan la sensación de embotamiento.
El colchón de efectos nos recuerda que el cannabis no es solo THC, sino un universo químico complejo que funciona mejor en conjunto. Imagina un concierto: el THC sería el solista que atrae toda la atención, pero sin los instrumentos de fondo (CBD, CBG, terpenos, flavonoides) el resultado sería desbalanceado. Es esa orquesta que acompaña y sostiene la melodía principal.