Conocer a un interlocutor para hablar con él: las asociaciones cannábicas

Ya os hemos comentado anteriormente el papel de las asociaciones cannábicas o cannabis social clubs dentro de la sociedad. En concreto arrojamos algo de luz sobre el consumo responsable y la creación de conocimiento. Ahora bien, ¿hay conocimiento sobre las asociaciones cannábicas?

Esto es el objeto del estudio “Poblaciones ocultas y desinteresadas: claves metodológicas y asuntos sin resolver del estudio de las asociaciones cannábicas”, entre cuyos autores está Òscar Parés, subdirector de ICEERS, fundación que aboga por una relación integral y sensata con las plantas psicoactivas

Entrevistado por cannabis.es, Parés incidió en algunas de las dificultades al realizar el estudio, en realidad un análisis de los estudios previos realizados por las distintas personas investigadoras; también arrojó alguna luz sobre las conclusiones. Lo más importante, se ha constatado que el colectivo de las asociaciones cannábicas está oculto, emerge poco o nada a la luz del resto de la sociedad. Y ello es así porque suele percibir peligro o amenaza. Las personas usuarias de cannabis siguen siendo estigmatizadas en las sociedades en las que viven. Incluso sucede en Uruguay, uno de los países estudiados, y pionero en la regulación del uso adulto del cannabis. Y esto sucede porque las asociaciones y las personas que las forman se sienten incomprendidas, excluidas, perseguidas. “Hace falta conocer y abordar estas dificultades. Podemos decir que la población está oculta, pero si somos más críticos veremos que es una población estigmatizada y criminalizada, y esta es la razón por la que no participa en los estudios”. Sobre el caso concreto de Uruguay, Parés añadió:

“Cuando fuimos a Uruguay y nos encontramos con solamente una participación de 15 de los 90 clubes preguntados nos planteamos qué fallaba, siendo allí legal. Y al rascar, ellos no pueden hacer ningún tipo de promoción o publicidad por ley, por lo que son reacios a la participación pública que de alguna manera se les prohíbe. Esto nos indica que mientras en la legalización haya vestigios de prohibición, como el estigma, la transparencia no será la bandera principal de la población cannábica, que permanecerá oculta a la prohibición. Quid pro quo. Lo que ofreces, recibes; si haces una legalización corta, no accederás bien a la información

Sin embargo, esto es solo el punto de partida. La situación puede cambiar, a través del conocimiento precisamente. Si la sociedad, las instituciones, empiezan a conocer la labor de las asociaciones, como por ejemplo en la reducción de riesgos y la gestión de placeres asociados al uso del cannabis, y a actuar en consecuencia, sin prejuicios ni etiquetas de exclusión o estigma, las asociaciones, las personas usuarias de cannabis, empezarán a corresponder. Y al contrario, una vez la parte cannábica de la sociedad se empiece a sentir integrada, ésta se verá reforzada, mejorada, más unida.

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